Debido a este cambio, surgió Hair Skinification, una iniciativa que redefine la manera en que abordamos la salud capilar, comparándola con la atención meticulosa que dedicamos a la piel. Las rutinas actuales de cuidado facial y corporal son detalladas, con productos diseñados para satisfacer necesidades específicas según el tipo de piel (grasa, seca, mixta), y también incluyen tratamientos especializados para áreas específicas como los ojos y protectores solares específicos. Sin embargo, el cabello ha sido tratado generalmente con productos más universales. Esta tendencia resalta la urgente necesidad de desarrollar productos capilares más especializados, que, al igual que en el cuidado de la piel, se centren en áreas específicas, tipos de cabello y funciones particulares. Así, logramos brindar salud y belleza de manera comparable a la dedicación que damos a nuestra piel. Un ejemplo perfecto de esto es el cuero cabelludo.